
Por: Sofía Grijalvo
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En el partido de Pilar, en la esquina de Frondizi y la ruta 8, un grupo de chicas llegó a las 18 horas al Club Atlético Pilar para empezar el entrenamiento. Ingresaron al predio a través de un estacionamiento de piedras, caminaron por el pasillo a la derecha de las canchas de pádel y llegaron a una puerta de alambre. Un camino de cemento oscuro las guío en los 100 metros de oscuridad. A la izquierda, las luces de la nueva cancha iluminaban el último sector del predio. Tenía el pasto cuidado, bancos de cemento y alambrados para cubrir los pelotazos. A la derecha, el resto del equipo de las chicas entraba en calor evitando los manchones de tierra y los arcos sin red de las canchas auxiliares.
Después de media hora de ejercicios técnicos, las chicas pararon para tomar agua y se sentaron en ronda al costado del arco para escuchar la explicación el próximo ejercicio. También, se unieron las lesionadas que acompañan al equipo. Facundo Alive, de unos 35 años, estaba en cuclillas entre las chicas. Comenzó su carrera como Director Técnico en 2013 y coordinó múltiples equipos de fútbol femenino. “Los 5 o 6 años son la edad de oro para desarrollar habilidades y hay pocas escuelitas de fútbol femenino en Pilar o no aceptan a las chiquitas en alguna masculina. Desde ahí empiezan las diferencias”.
Créditos: SGA
Las jugadoras asentían a lo que decía su entrenador e intervinieron en la conversación: “Venimos pidiendo un preparador físico hace dos años”, acotó una de las chicas con un lado de la cabeza rapada. “No tenemos camisetas, solo hay un equipo unisex que usan todos”, agregó Camila, una de las lesionadas. “Llevamos quejas al club y gracias a un entrenador nos prestaron atención. Nos dieron pelotas y hasta materiales que ni sabíamos que existían”, protestó “Lupe” Patiño, una jugadora que entrena en inferiores y en primera. Los mates empezaron a girar, las chicas extendieron los puños de sus buzos para cubrirse del frío y los grillos y los teros hacían un coro.

Cuatro fechas atrás, Club Atlético Pilar tenía la localía para el partido contra SOMRA (Sindicato de Obreros de Maestranza). A las 10 horas, horario de citación para los clubes, se encontraron con las canchas sin marcar; el árbitro no pudo hacer su trabajo, suspendieron el partido y SOMRA se llevó los puntos
A las 19 horas, retomaron el entrenamiento y la última hora de entrenamiento fue destinada a organizar un partido entre las chicas que entrenaban. Las jugadoras se acomodaron en sus posiciones usuales, sonó el silbato y empezaron a correr. Pases, amagues, miradas cómplices y búsqueda de los espacios. “Andá a marcar”, le gritó la arquera con pelo corto a una de las defensoras. “Estoy en la línea”, avisó la delantera mientras se acomodaba el rodete. Tras cada gol hubo risas y abrazos. El alambrado de fondo a metros detrás mide lo mismo que el arco. En un intento de gol, la pelota alta pasó por encima del cerco y terminó en la calle afuera del predio del club.
El DT argumentó: “En Pilar, se ve todo monetariamente. Uno pone plata y podés ser lo que quieras, pero lo que se tapa es que esto solo funciona para el fútbol masculino. En el femenino, hay muchas capas y uno las tiene que ir corriendo para que las chicas puedan tener la oportunidad”.
A las 20:15, horas los varones ya se habían ido del club. A las 20:30 horas, las luces de todas las canchas de fútbol se apagaron y sumido en total oscuridad, el DT guardó los materiales de entrenamiento en un galpón y las últimas jugadoras emprendieron la vuelta hasta la salida del club en la ruta 8 para esperar el colectivo.
¿Qué es el fútbol para vos?: Pasión. Créditos: SGA